Ximena Morales

PLUMA LIVIANA

Comienza el día de la vida,
ves a todos sonrientes,
te saluda la alegría
pero eres indiferente.

 

Te pesan los hombros,
ves el cielo gris,
en tu mente mil ideas,
de dejar de sufrir. 

 

Llegas al edificio,
donde trabajaste a diario,
saludas a la gente
algo que es extraño.

 

Subes a la azotea
en lo alto de 40 pisos,
dices tus últimas palabras,
a la vida y al olvido.

 

Te sientes cual pluma liviana,
eres como el pajaro que solías pensar,
ya no te detiene nada
ni el dolor que te impulso a brincar.