Mi soledad no tiene fin,
Ya hasta mi fe fue derrotada.
Tambien se fue al vacío de antaño,
¡Por favor escuchen todos!
Mis gritos de desconsuelo son eternos
¡Muerte, ven!
Desecha mis heladas lágrimas.
Tu que eres guardian de mi tiempo
Remueve mis grilletes con tu guaraña.
Busco tu igualdad, busco tu justicia,
Navego en un océano de lágrimas,
Arrastrado por un viento descuidado,
El cual parece haber sido el objetivo de mi vida
¡Ay del día cuando el sol vuelva a brillar!
Y mis ojos no sepan como reaccionar.
Por no recordar, bajo un ciélo azúl cómo navegar.
Busco la solución a un estado mental absoluto,
Roto para siempre.
¿Que sentido tiene la cordura cuando mis demonios gritan en la oscuridad aclamando mi derrota?
¿A quién le importará una vida mediocre y nefasta?
Estoy paralizado en medio de mis miedos,
Mientras el fruto de mi esfuerzo se pierde en la irrelevancia.
¿Muerte, donde estas?
¿como te veras, cuando todo se convierta en humo y espejismos, alimentados por el engaño y la desconfianza creada por los que se decian amigos?
¿Para que quiero otra oportunidad si estoy viviendo una vida mesquina, casi inexistente?
Acaso voy a despertar y oler las flores?
¿qué se debe hacer con el olor de una flor vieja y seca?
Manténte con la frente en alto,
Dicen aquellos que viven igual o peor que yo.
¡Hipocresía más grande!
Como si supieran cuanto tardara esta soledad.