Laura Ontiveros Plaza

Muerte

La muerte no llega de la mano con el último respiro,

se halla contigo en las melodías que patean tu pecho,

y la gravedad que cierra tus párpados

para filtrar gotas con nombre de despecho.

 

Está en las burbujas del estómago,

en la oscuridad de un día soleado,

y en los sollozos de una regadera eterna,

extrañando un olor,

un amante,

una boca.

Juega en el techo de tu cuarto

junto con la ausencia de caricias y humedad,

junto con todo lo que ahora no ignoras.

 

La muerte se disfraza,

se viste con faldas, 

y te cuenta historias fantásticas,

cambia de color,

y a veces se hace llamar vida

para pasar inadvertida.