Tú eras la llave de la puerta al infierno
Sí tú la de esa tierna mirada,
La que me abrigaba cuando llegaba el invierno
Sí eras tú mi amada.
De tu cuerpo me ataste
Y al infierno me llevaste,
De ti mi corazón se enamoró
Y así fue que de mi el diablo se apoderó.
Su mirada y la mía se juntaban
Y así en la oscuridad terminaban,
Nunca regresaste
Y consigo mi alma te llevaste.