No voy a culpar..,
a mis maestras de la primaria,
ni al compañero que me golpeaba para robarme mis caramelos,
ni a los vecinos que murmuraban a mi andar,
o mis colegas que se burlaban por mis pecas y la forma de hablar,
menos al kiosquero que me estafaba,
a la niña que se negó besarme,
a la torta y las velas que nunca cumplieron mis deseos,
al tío borracho que me confesó la farsa de papá Noel,
al flan y los abrazos que mi abuela se llevo,
no voy a culpar..,
a mis amigos,
a la madrugada que desperté borracho en la vereda,
a la policía que se abusaba de su autoridad,
a los políticos que se burlaron de mi porvenir,
a las riñas que no pude esquivar y el ojo morado que declaro mi derrota,
a ella.., que dejo el temblor silencioso en mis huesos,
cuando escucho la canción que bailaba aferrándome a sus caderas,
al cura que me amenazaba con el infierno,
a la noche que te deje marchar,
a las ausencias que me dejaron el frio en mis manos,
y nunca pude volver abrigar,
no voy a culpar..,
al cuento de final feliz que me contaban antes de dormir,
el beso del traidor que no llegó a cobrar los treinta denarios,
a la noche que me quede esperando a alguien que nunca llegó,
a luna que cambia su rostro a su antojo,
ni al sol que provoca ampollas en mi cuerpo,
a la sombra que me abandono en un callejón,
no voy a culpar..,
que hoy camine despacio,
que lleve tu risa como pastillas que anestesia,
cuando me duele demasiado el corazón,
por fumar solo en un rincón,
la cortina de nicotina ocultando mi rostro en el humo,
por saber del olvido que siempre deja migas en los rincones,
para que lo puedan recordar,
no hay culpables,
y menos me declaro inocente,
solo viví,
con los errores que se escriben mayúscula,
con la única verdad,
de saber que todo viaje termina,
y espero haber pagado lo justo por lo vivido.
Daniel Memmo