El roce de las palabras
Y el rimar de los versos
indican que nunca serán míos tus labios
las estrofas ajenas y la eternidad de las letras
hacen son tuyas mis palabras:
bellos labios que han rozado otros;
estas letras que solo han sido tuyas.
Cada atardecer podría formar besos que serían de nosotros.
Nuestro es quizás… el tal vez, el veremos… el mañana, el jamás…
la posibilidad sin planes de concretarse,
eternidad de vidas que hemos pasado juntos; excepto esta vida.
Cada rima, y letra deshecha para dar voz a este amor que te tengo, son tuyos… tuyo es cada verso donde grito cuanto te amo;
así también es tuya cada una de las noches en las que los escribo,
cada anochecer y madrugada en las que no duermo por soñarte despierto.
Mi alma es toda tuya mientras te escriba, mientras te ame,
a cada segundo que tenga tu mirada en mis ojos,
tu silueta imaginaria a mi lado,
el recuerdo de tu cabello rizado.
Tu mirada y el brillo que otros han incendiado
y que la sigue la extinción con un llanto inmenso,
el laberinto de la pasión muerta hecha llanto, del adiós y las mentiras que te han hecho daño.
Tú cabello que acariciaron otras manos,
excepto estas manos que morirían y anhelan juntarse con las tuyas en el camino de la vida.
Quizás un día ya no me veras más, no podre amarte en esta vida y entregarte mi corazón en cada letra, quizás ese día no te amaré más;
pero hasta ese día mi corazón es tuyo, aunque nunca seas mía. Hasta ese día te entrego mi alma, después ya no será en vida, pero mi alma te seguirá cuidando día a día.
Quizás otro guerrero, quizás otra princesa;
seremos uno y nunca de nosotros.
tendrás un sueño inmenso en tu mundo maravilloso
Y a mí me vencerá el sueño y te volveré a encontrar,
Y así cada día te amare más y más…