Desnuda a la palabra agobiada
con la imaginación de tu cuerpo,
entre la estrella de tus huesos
dibuja un diamante para cortar nuestro occidente,
y el cociente de nuestras debilidades
en su simbiosis osmótica,
trasmita deseos de colores nacientes
para pintarle al alba su llegada,
con la imaginación del amor en tu lengua
y el instante de la caricia en mis dedos.
Toma la paleta con los sueños que juntamos
para colorear el paisaje de asombros
que un día nos prometimos
mientras entrelazábamos las mariposas
que hacían su vuelo en tu vestido
y agitaban mi panza,
como un cometa distante y sin tristezas
que se elevaba al viento del verano.
Toma mis manos entre las tuyas
y grafica un claro oscuro
con mi sombra persiguiendo tu sombra
en los atardeceres de octubre,
o en las mañanas hiemales
abrazándome a tu cuerpo desnudo
para arropar mi frío,
que vuela en las naves del rocío.
Combinemos la imaginación cromática
que nos regala la vida desde adentro,
bosqueja en mis ojos el paisaje de tu silueta,
en el lienzo de tu dermis atrayente
graba el cliché de mi esencia efímera
que combina mis días y mis noches contigo.
Pintemos el paisaje de nuestras ilusiones,
rumbo a una lejanía sin cadenas…
sin miedo a los humanos