Mientras leo...
sin darme cuenta, unas lágrimas
de mis adentros afloran...
entre persianas, memorias,
de eso días de grandes revueltas.
El compás bajo mi pecho
ya no es el mismo...
uso anteojos...
casi pierdo el juicio.
De largo me han pasado
aquellos ardores de juventud...
que eran de gran magnitud,
arrebolado fuego en el cuerpo disipados.
La esperanza...
casi se ha marchado,
si no es porque la fe y el amor que acompasa
la vida, que no se marchara le han rogado.
32 primaveras, 384 lunas llenas...
he contemplado entre alegrías,
suspiros ahogados
y dejos de tristezas...
que por el camino me han maltrecho.
Dicen que la vida se mide
por las veces que en verdad se ha amado...
y si es así, entonces estoy en pañales,
pues, muy poco de sus mieles he probado.
Siento cansancio...
Más en las noches de insomnio
y de extrañar tanto.
¿Acaso él llegara?
Las personas me dicen...
\"No desesperes, todo a su tiempo\".
Pero, es que...
¿Acaso nos sobra el tiempo?
No lo se...
No lo entiendo.
A veces miro al cielo...
como esperando ver
lo que solo con el alma se ve.
Llueve...
gotea en la ventana abierta,
el sollozo de lo incierto,
y...
como me siento desértica.
Hace días...
que mi cuerpo da indicios
de lo que en mi se ha ido muriendo.
Hoy, sigo en pie, eso es cierto...
Pero...
No es lo mismo,
ya en cuentos no creo,
amaré lo que tenga que amar,
daré lo que tenga que dar...
nada me voy a guardar,
¡Y que mas da!
No me quiero ir intacta...
de por sí, desde mi nada
me he sentido rota...
Ahora que sea
porque viví a mi manera
y no a través de historias
de otros besos, de otras bocas.
Y como dijo un poeta...
\"que pase lo que tenga que pasar\".
Ya no tengo miedo.
De: Diana Janeth Reyes Diáz.
( Diana Reydz )
Publicado el 08/04/19
10:07am
Todos los Derechos Reservados
de Autoría Personal ©