Hoy vuelvo a hablar de la soledad,
Si, estoy sola, en esta soledad callada,
Llena de ruidos internos, murmullos en el aire,
respiraciones ajenas, sollozos en la noche,
y el humo amargo de un cigarrillo entre mis manos,
Una soledad sin alas de libertad, sin espacios,
ave enjaulada y sola,
Soledad de palabras escuchadas, nunca oídas,
De músicas calladas, de imágenes pérdidas,
El recorrer de una frase ya cansada
El mirar de un paisaje lejano e inalcanzable entre mis pasos,
Una cima inmensa de pasiones escondidas,
De recónditos pensamientos que revuelcan mi mente
cual terremoto enardecido
Y mi naturaleza tan quieta por momentos
Tomando fuerza de otras fuerzas;
Soledad idiota, de un miedo tonto de la vida
Que, como cortinas blancas, muy blancas,
Se levantan sobre la ventana de mi mundo
Un mundo a través de unos barrotes de acero,
Que parecen hierros apretando mis miedos
Vuelvo y me levanto a querer salir
por la hendija de alguno de mis sueños,
venciendo la soledad de mí cuarto,
Un cuarto oscuro, con una soledad
que cada vez me quita el aire,
como ladrillo viejo y pesado
Va cayendo sobre mis pies,
ME APRIETA.
DOMOTA