A veces soy el silencio,
a veces, la lluvia fria.
Otras veces soy el beso
que moja tus mejillas.
Soy la tarde herida,
el alba resplandeciente.
La mano que te acaricia,
y la lengua en ti hundida.
A veces soy el viento,
el ocaso pintado en rojo.
La noche oscura sin luna
y la palabra que te abriga.
Y soy siempre yo, el mismo,
que ansia tu sonrisa.
El que se aleja y vuelve,
con las mareas de la vida.