Escribo...y escribo sin sentido ni coherencia
me deslizo efervescente por un trazo de minutos,
se siente un destello en la amargura del día
que pareciera ser muestras de redenciones.
Escribo casi por no perderme,
como si anclarme a los reglones
me conquistara con una libertad tangible...
quizás duradera...algo constante.
Me secuestra la irreverencia y consumo y consumo
me apesta la misma vitrina densa de desahucio,
la manera de querer exponer el miedo
en una desubicada o un reflejo que no es mío.
Carcajadas que suenan corrompiendo el estupor,
la tensión rebuscada por pensamientos vagos
que recorren, perturban, pero coexisten,
arriesgan la templanza y ofrecen calmantes...
Te amo me resuena...
Me detesto, me sopesa...
Para dejarlo como cualquier frase estúpida,
sin pena ni misericordia como cualquier sentimiento...
nihilista.
Si le comprende como auxilio o desamor
hemos conversado mal;
Si preocupa y suena como cualquier suicidio romántico
usted no ha entendido nada...
Porque me tambaleo en la coincidencia
y la consecuencia, presumiendo de haber temido cuea ...
tirando el cuerpo al sol y renaciendo ...
surgir de haber sido deshidratado,
respirar en medio ahogo y ver una orilla,
sacudirme los pecados creyendo haber culpado
me expío porque escribo...
Escribo sin un dejo de caricias o ganas...
bacilo entre el armado métrico
se hace ligero pero inseguro,
méndigo y sobreviviente sostiene las inconsecuencias.
Sigo...y me asusta detener el bolígrafo...
además me lo encontré y no es mío...
con cualquier nombre me suspira,
y quiere que escriba...
Al sostener la cabeza calibrando una punta,
confío en que algo escribiré...
pretendiendo encontrar respuestas amortajadas.
Atenuando la voz en un hablante perturbado y sin descanso
parar de escribir, sintiendo el letargo...
Ahogarme en una frase para sentir que mientras escribo