Mujer guerrera, mujer intensa, verte postrada en cama
inmóvil e indefensa, siempre admire tu fe y tu fuerza
tus cabellos plateados que jamás quisiste maquillarlos
siempre sonriendo con optimismo, aún en tragos amargos
te acostumbraste a reír, te acostumbraste a decir que eras feliz.
me queda claro que dejaste en el camino mil huellas
e historia, la travesía de tu sumisión a la vida, a la familia.
Acompañaste en tu trayectoria a tus cuatro grandes descendientes
testigo fiel de la existencia del compañero de tu vida.
Cuando pequeños nos apoyaste en la niñez, con inmenso cariño
tu grandeza de mujer, tu potencia de madre, tu fidelidad de amiga
hoy por hoy no te quiero ver enferma, quisiera verte dormida
sin que sientas dolor en tu cuerpo,
ya que dolor siempre tuviste en el alma
que sanabas y curabas con belleza en tus palabras,
Tía Carmen siempre fui tu discípula, que anotaba tus consejos
tus recetas, tus penas, tus sinsabores, te ví llorar en silencio
siempre erguida, con tu sonrisa y tu alegría, aun con tu pierna mala
bailabas, bailabas, bailabas, te encantaba la música y el baile
el canto, los paseos, las fiestas, nos reprendías en el aburrimiento
así que tía Carmen no sabes cómo siento
que mi corazón se hace chiquito al ver tus ojos extraviados
y tus palabras en silenciosas, tu piel blanca, suave, tu perfil afilado
se deja ver aun con belleza, que te acompañó toda tu vida
sé que me escuchas, que escuchas mis palabras que quiero
que te lleves en el alma, para que no me olvides,
llenaste tu vida de gracia, nos cambiabas nuestro momento
te luciste saliendo victoriosa del cáncer,
del corazón y ahora del alma
porque te entregaste a tu ciega fe de la voluntad divina
y nunca fuiste abandonada,
hoy vengo a darte gracias y a darte un cálido abrazo
y un beso que te llegue al alma, un rosario un tu mano
que te acompañará en silencio, te amo tía Carmen
pudiera decirte tantas cosas vividas
dame tu mano tía Carmen, para acariciarlas despacito
sentir el calor de tu sangre que siempre estará conmigo.