La noche va degradando
sus vestimentas
en la alcoba color
pasión.
Al retratarte transparente
con tu dorada piel
indemne
bajo la bata que caerá
sobre el piso,
al rendirse encantada
por la aparición
del hombre nocturno,
con sus dedos de seda.
Encenderá el crisol
convertido en
pasión refulgente
que al son de vibraciones
volverá en un concierto amoroso
al son de la luz del lucero
matinal.