Quiero dejar de ser letras, que a tus ojos hacen brillar,
dejar ese ropaje metafórico que estremece de madrugada;
no ser solo el recuerdo impreciso que cruza fronteras y
se aloja en una parte intima de tu pensamiento.
Quiero ser voz, sensación, mano que desenreda tu pelo,
dedo que señala la estrella más brillante,
piernas que tiemblan ante la desnudes,
boca que se seca cuando me abrazas.
Quiero dejar de admirar tu hermosura, como tarjeta postal,
quiero desenredar tu cabello como en un bosque Brasileño,
palpar tus pechos erguidos como montaña de los Andes,
abrir tu alma al amor, como Dios abre los cielos.
Quiero vivir la caliente, sensualidad de un sueño
como el sol enamora a la luna y calentar las tibias manos,
en tu fuente virginal, y zambullirme en tu mar,
abrazado a tu cintura, como un nazareno a su cruz.
Quiero que sin tabúes vengas a mí, como la pluma viene al verso
y de cualquier palabra hacer un poema o una canción.
Quiero caer embrujado danzando, como cumbia.
solos tú y yo frente al computador navegando.
Quiero en este equinoccio de invierno
hacer más cortas las distancias, que me prestes tus manos,
tus labios, tus piernas, tu pensamiento y tus poemas
que vengas desde donde estas esperando mi verso.
Quiero verte aquí, sentirte aquí, quiero que estés conmigo
en esta última noche del deseo, en este inicio del mundo
aquí donde empieza mi dicha, donde nace mi verso
y donde estas sin estar, queriendo fundirte conmigo.
Quiero hacer el milagro de la vida, el milagro de la piel, dejar de ser letra, pensamiento o poema; para ser yo
acariciarte, quererte, volverte loca, amanecer en tus manos
diluirme en tu cuerpo, ser yo, dentro de ti.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO