Al principio
había un cántico profundo.
Las variedades de pájaros
fueron infinitas
fue esto tan grave:
que el hombre aprendió a volar.
Y hubieron cuatro mil especies de amapolas
y con una sola granadilla,
se saciaba el hambre y las sed de un gran ejército.
Los días fueron antaño largos siglos para amar,
hasta que descomunal la tarde se vino
y casi sucumbimos después de diez mil diluvios.
Pero logramos salvar lo mejor de las especies,
a pesar de que el enemigo armó un ejército especial.
La historia nada para arriba:
mañana es preciso retornar a las cosas y a los besos.