No soy nada en este espacio vacío, y lleno de sentimientos frustrados.
Que polulan alrededor de una mala idea y de viejos pensamientos.
No soy nada especial, algo que la vida desee de verdad apreciar
Solamente nado entre los sueños rotos, que nos mantenían entrelazados.
No soy nada, al lado de todos los recuerdos que me atacan.
Que me ahorcan hasta el punto de casi quitarme el aire.
¿Pero qué más pueden quitarme, pues sin ti, ya no soy nada?
No tengo porqué pelear, ni porque luchar ¿Para qué armar un desaire?
No soy nada, a comparación del hombre al que tú corazón ama.
A ese que decidiste sin premeditar, entregarle tu alma.
Aquél que es a quién le pertenecen desde tus besos, hasta tu cama.
Aquél que es dueño de tus corajes y de tu tierna calma.
No soy nada, desde el día de tu boda.
Que tuve que aguantar que te casaras.
Enfrente a mis ojos y no poder hacer nada.
Y contener mis emociones, toda esa rabia.
De saber que te tuve, y no te puedo olvidar.
No puedo dejarte ir. ¿Qué me pasa?