A MI MADRE
Todavía guardo, madre, todos esos recuerdos
que quizá cada noche roban parte a tu sueño.
Todavía aquí, en mi lecho, siento un beso en la frente
cuando ya fatigado al reposo me entrego.
Cuando ya casi enfermo de vivir esta vida
me sumerjo en el mundo de mi infancia perdida,
cuando un beso tuyo y una caricia
borraban la pena, volvían mi sonrisa.
¿Hoy no puedes, madre, hacer que regrese
a estos labios míos aquella sonrisa?
¿Ahuyentar mis penas, como a golondrinas?
No madre, no puedes, viví muy de prisa.
Pero en este mundo que mi mente evoca
en mi frente de niño tu mano se posa;
me acaricia el pelo y es ternura toda.
Suavidad de pétalo, fragancia de rosas,
esencia de aquello que el tiempo ha robado:
un pasado hermoso, un sueño dorado.
©José Luis Morales Villarán
Enero de 1971
Holtville, California.