Para el abuelo Guillermo
Hay un hombre
tildando recuerdos,
tiene una procesión de rostros en sus poemas,
trepadoras imágenes lo conmueven,
le dejan un sutil rumor de nostalgia /
corre su juventud detrás de una mujer,
llena todo el horizonte de aromas,
su corazón es un sol menguante,
su memoria
un panteón de luciérnagas /
se hace amistad consigo mismo,
lleva secretos en sus labios sellados,
algo en su pecho se agita a cada instante
algo se mueve,
como queriendo vivir /
recoge viejas cartas de un cajón
corroído por la soledad,
recobra su expresión y su sentido,
como la primera vez que desbordó su emoción /
hay un hombre
tildando recuerdos,
se posa interrogativo cara al cielo,
algo en su pecho se agita
se mueve / grita alevosamente
¿qué será? pregunto yo
mientras me miran sus cansados ojos,
y me reconozco en ellos.
Mario Cid