Lore Cruz

EL ARTE DE MENTIR

Con cual gracia sus negras lunas
se posaron en mi cuna de alfajor,
contemplaron mi oasis y mi caos,
bebieron gota a gota
mi vino y mi honor.
Mi nombre estuvo en su boca,
su boca que toco uno a uno mis lunares,
y con hambre atrasada
se colmó del almíbar de mi ser.

Mi calle desierta fue habitada
por el dulce canto de un gorrión,
llegando a ser mi pueblo su patria,
y mis manos temblorosas
refugio a la mentira
que evocaba su pupila.

Hoy al contemplarlo
tan humano en otros brazos,
tan vivo en otra carne,
tan niño en otra risa,
de mis diáfanos soles
sal seca brotó,
más se hizo húmeda al recordar
su beso y su te amo,
cuando estaba...
¡anoche entre mis brazos!

 

Lore Cruz
Madrigal de Luna
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