alupego (Ángel L. Pérez)

APACIBLEMENTE HERMOSA

APACIBLEMENTE HERMOSA

Bellos tapices de sueños.
Oníricas realidades.
Fútiles banalidades,
van alfombrando el sendero.
Sorteando la conciencia,
el ego engorda y estira,
alentando a la mentira,
que se pasea orgullosa.
Pletórica de complacencia.

El rostro sin ver observa,
con torva mirada aviesa.
Entornadas las pestañas,
que como flecos se airean.
Reflejos en las pupilas,
que en el interior otean.
Como faros en la noche,
de intenso fulgor penetran.

La flor en savia revienta,
orgullosamente enhiesta.
Bebiendo de sus entrañas,
liba en silencio su esencia.
El tallo erguido se mofa,
de la diminuta hierba.
Verde la faz se despierta,
vistiendo de luz la fiesta.
Veredas entre los núcleos,
de la enriquecida tierra.

Siembra la mano fibrosa,
en la tierra agradecida.
Simientes entre sus órganos,
de pletórica belleza.
En su vientre generoso,
nace la vida sincera.
Gestándose la riqueza,
en su regazo con gozo.
Entre sus carnes mecida.

Valor de pasión sin freno,
que enloquece y enajena.
De raza pura sus sueños,
presos en la calentura.
Efervescentes miradas,
sobre la carne que arrulla.
La voz se desencadena,
en la prisión que la merma.
El volcán vomita lava,
arrasando lo que encuentra.

Reflejos de la abundancia,
entre los restos que quedan.
En las procelosas aguas,
de la tremenda tormenta.
Sobrenadan los recuerdos,
unidos a la conciencia.
Se desliza la mirada,
sobre la verde pradera,
de la extendida experiencia.

Apaciblemente hermosa,
la Naturaleza piensa.
Mientras en lo más profundo,
sus prietas carnes se quejan.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
10/04/2019