Y DIJO EL TEJEDOR:HÁBLANOS DE LOS VESTIDOS.
Y ÉL CONTESTÓ:
Vuestros vestidos ocultan una gran parte de vuestra
belleza, pero no esconden lo que no es bello.
Y aunque busquéis en la vestimenta un refugio
para vuestra intimidad, arriesgáis hablar en ella
arneses y cadenas.
Ojalá pudiéses encarar al sol y al viento con
más epidermis y menos ropa.
Por que el soplo de la vida está en el sol y la mano
de la vida en el viento.
Algunos de entre vosotros decís:\" ES EL VIENTO DEL NORTE
EL QUE HA TEJIDO LOS VESTIDOS QUE LLEVAMOS.\"
Y yo os digo: sí, fue el viento del norte,
pero la vergüenza fue su telar y la molicie su hilo.
Y cuando su trabajo estuvo terminado, se echó a reír en
medio del bosque.
No olvidéis que el pudor no es ninguna coraza contra
los ojos del impuro.
Y cuando el impuro ya no exista, ¿qué será el pudor
sino cadenas e impureza de la mente?.
Y no olvidéis que la tierra goza al sentir vuestros pies
desnudos, y que el viento anhela jugar con vuestros
cabellos.
DEL LIBRO \"EL PROFETA\"