De todas mis tentaciones, me quedo con la tuya, porque solo tú,
Sabes cómo incitar mis letras, emocionar mis sentimientos y perturbar mis sueños<
Cuando tu escote me llama temprano a tu lecho, corro desbocado y tú
Dosificas los placeres, iniciando mi locura, perturbando mis letras y perdiendo mi alma.
Eres para mí, como una juguetería, para un niño pobre, deseando todo lo que ve
Enredarme en tu pelo y perderme en el color claro de tus ojos, es mi tobogán,
Verte caminar hacia mí, como leona en celo al caer la tarde; me enloquece y,
Pierdo mi pluma y escribo con mis labios entre tus lunares de la espala.
Porque sabes provocar mis letras y mover el color de mi tinta,
Cuando sentado en mi mesa de trabajo y posas tus pechos calientes en mi espalda,
Es como una chispa que cae en medio de leña seca acumulada y ardo,
Y me lanzo a tu cuerpo como hombre en llamas, en protesta Palestina.
Contigo la noche es un tronar de dedos, que inicia con el color de tus labios,
Invitándome a desbotonar la blusa y gozar de tus pechos en la claridad
Abrir tus dos torneadas resistencias y penetrar despacio en tus fantasías,
Entre tu respiración incontenible y mis palabras convertidas en gemido.
Quiero gozar de esta noche, como mi noche primera, que me enseñes,
Como se adora una diosa, cómo se besa un ángel, como se saborea la miel,
Quiero aprenderlo todo de ti, cómo adolescente en su primera vez,
Como astronauta gravitando en la luna y dando un gran paso, al hacerme hombre.
No quiero salir de tu cuerpo, quedar prisionero entre tus piernas, en tu verdad, enciérrame en la parte más oscuras de tus fantasías y vamos a vivirlas,
Dejemos encerrados los kamaSutra y las lecciones del Marqués de Sade,
Vivamos la página doce de Shakespeare y el amor de Simone de Beauvoir y Sartre.
No quiero dejar de explorar ningún rincón de tu cuerpo, ningún deseo pendiente;
Quiero que al llegar los primeros rayos del celoso sol, encuentre caliente tu cuerpo,
Agotadas tus fantasías, saciadas tus ansias, alegre tu vida y un verso sobre tu cama,
Mientras apago el sol y prendo la luna, lanzo estrellas en tu cuarto, para empezar de nuevo, a pedirte, que me tientes como Eva a Adán.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO