Si ha despertado en tu vientre
el capullo de una flor
no le niegues ver el sol
ni la luz de las estrellas
Nunca se niega la tierra
sin importar la semilla
a cobijarla en su seno
a verla una maravilla.
No ser fruto del amor
nunca es razón suficiente
para negarle el suspiro
al que ya late en tu vientre.