Cuando el romper
de las olas mediterráneas
te besen los pies,
recuerda castellano del alma,
que el río Tirteafuera
flirtea desde su vera
aún celoso, aún enamorado,
el serpenteante camino,
silueta de esquiva lozana,
de aquella preciosa, bella dama,
la Dulcinea de tus amores,
que un día de primavera
cortésmente lograste atraer.
A ti que te vieron nacer
al cobijo de colinas sesgadas,
y te hiciste hombre de bien
sembrando con ahínco los frutos
en esta tierra rebelde, humilde de sed,
puedo decirte ahora,
que el manto blanco de estas
gélidas sierras catalanas adora
tu tenacidad,
perseverancia humana,
y te abraza sin manías prejuzgadas
con su amanecer color azul-grana.
Hoy las estrellas,
vigías de tus andanzas,
albaceas de tus sueños,
cómplices de tus anhelos,
celestinas del azar supremo,
te quieren obsequiar con orgullo,
con empeño,
este \"Cantar del Aventurero\"
que no olvida ni marchita
tu noble decisión
de gentil caballero.
Libro: \"Vosotros\" -2016-