\"Sólo tú y yo sabemos lo que ignora la gente
al cambiar un saludo ceremonioso y frío,
porque nadie sospecha que es falso tu desvío,
ni cuánto amor esconde mi gesto indiferente.
Sólo tú y yo sabemos por qué mi boca miente,
relatando la historia de un fugaz amorío;
y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío...
Y aún nos arde en los labios algún beso reciente.
Sólo tú y yo sabemos que existe una simiente
germinando en la sombra de este surco vacío,
porque su flor profunda no se ve, ni se siente.
Y así dos orillas tu corazón y el mío,
pues, aunque las separa la corriente de un río,
por debajo del río se unen secretamente.\" José A. Buesa
Sentado frente al teléfono
espero, la tan ansiada llamada
que me diga que vendrás,
que me quieres y sigues siendo mía.
Como aquel, no tan lejano día
en que el destino nos puso frente a frente
y comprendimos sin palabras
que seriamos el uno, para el otro.
Una feliz coincidencia
nos unió, sin dar importancia
al hecho de estar casados.
Tu marido y mi esposa no fueron obstáculos,
en la unión de nuestros corazones,
más allá, de sentirnos en pecado
El vivir con ellos fue un tiempo perdido
que la vida nos robó, desaprensiva.
Hoy lo recuperamos con nuestro amor,
aunque vivamos separados.
Nuestras almas van unidas por lazos
que nadie nunca, podrá cortar
porque lo que nosotros sentimos
no sabe de tijeras ni navajas-
Llámame amor mío, no importa la tardanza
sé que me amas y sabes que te amo
eso nos alcanza para ser felices
De aquí, a la eterna lontananza.