Vestida de blanco
y también desnuda,
pensando en la vida,
deshilando fortuna.
Las horas corren
en calma absoluta,
y el día y la noche
en el ocaso se juntan.
Vestida de blanco
esperando la luna,
el viento se calla
y al agua murmura.
Una sombra perdida
sin pena alguna,
no dice palabras
y el ansia se anuda.
Vestida de blanco
en horas de angustia,
el silencio se rompe
en aurora profunda,
y no hay canto que pueda
evocar la lluvia.
ni sol que reviva
un alma tan mustia.