Siento el latir de las olas en mi alma,
el látigo feroz de la mareas,
el devenir de la espuma entre mis rocas
el zarpazo del mar en mis arenas,
el magma de ansiedad por mi garganta,
la caldera hirviéndome en el pecho,
la presión angustiosa de la espera
la niebla que me nubla los espejos,
el huracán que me arrasa los sentidos
el terremoto que rasga mis entrañas
la furia de la soledad en celo
la tormenta de arena de la rabia.
Y vomito mi hiel en las cuartillas
y las mancho con sangre de mi pluma;
emborronadas de lágrimas de tinta
arrugadas, vacías y desnudas.
Quiero decir y pierdo las palabras,
quiero gritar y me arde la garganta,
solo me queda buscar una guarida
donde soñar que amanece la esperanza.