El mundo no se pinta porque quieres, loco.
Aquí de rosa, no van ni las putas flores.
Porque se llevaron los colores, los sabores y el tamarindo.
Para terminar de cagarla, le copiamos todos a los gringos y por querer ser como ellos, es que no somos nadie.
Se nos acaba la palabra y reputiamos nuestra identidad, de que tendemos a ser ciegos, eso no lo voy negar, porque el no ver con claridad nos ha impedido alabar lo mejor que hay en la vida.
Y así nos pasamos en todo esta mierda, creyendo que las caras bonitas cambian al mundo y que las ideas y los pensamientos, solo valen cuando lo dice una chica con un culo grande, o la postre, un pobre hombre repleto dinero.
Lo peor de todo loco, es que nos bañamos en mentiras, el ser sincero propiamente, tiende mostrarse como una novedad, porque al parecer, nos pasamos toda la existencia, como el pastorcito: Bardeando a la gente diciendo que viene el lobo y que no solo se está comiendo las ovejas, sino que también se está tragando nuestros sueños y esperanza en el mundo. Así las cosas, vamos vendiendo esa maldita farsa que le hace creer a las personas, que las cosas ya no pueden ser mejor, y a partir de eso loco, no somos más el pastorcito, no somos más el mentiroso, nos convertimos en el lobo, que desde el principio se tragó a la esperanza y también a las ovejas, del rebaño de nuestros sueños.
Por esas razones, hace falta amor, del bueno y del profundo, para intentar cambiar todo, lo malo y no porque lo diga: Siempre puede cambiar, puede ser mejor.
Por eso hoy, rezándole al señor, a ese de nuestros corazones, exijo que los poemas y las canciones se han más solo letra y música vacía y puedan a partir de la obra: Hacer sentir y empezar a hacerlo.
Por eso, porque quiero verlos, hoy empecé escribiendo y cantando como puedo, diciéndole a mi madre que se alegre, porque tiene un hijo artista y aunque en el misterio de la vida, no sepa ni lo que es verdadero, tiene razones y tiene motivos para seguir, para seguir siempre: Amando lo que hace.
Muchas gracias...