Bendita tú entre todas las mujeres
de esencia o de paso
de instinto o conciencia.
Bendita tú ante el sol, ante la lluvia,
con calma o con prisa, con magia o con dicha.
Bendita tú entre mis ojos, entre mis venas,
en las letras desbordadas por promesa,
en el rayo de esperanza que se esconde a flor de piel.
Bendita tú
por el sorbo de confianza
por la paz y la dulzura,
y por el soplo que hizo olvido,
cada gota de amargura.
Bendita seas mujer.