Recuerdo la vez primera
cuando el brillo de tus ojos,
iluminó mi oscura vida
cual mágica lumbrera.
Fue otoño ?
fue verano ?
fue invierno ?
que importancia tiene eso,
si a la penumbra de mi vida la volviste primavera.
Me enseñaste que la rosa
tiene uno y mil matíces
y que un beso enamorado
a los días tristes los hace felices.
Punto por punto comprendí
que a pesar de mil deslices,
en cuestiones del amor
siempre, todos somos aprendices.
Calmé mi sed
cuando me tomabas de la mano,
aunque yo sabía
que de ese manantial cada sorbo era profano.
Y en cada beso que me dabas
y a mi corazón un te amo
poco a poco me atrapabas
y sutilmente me hundí como roca en el amor de tu pantano.
Todos fueron cómplices en la trama de ésta hermosa aventura,
la lluvia por mojar tu ropa, el viento por apagar la vela
y la luna por ser discreta para nos envolviera la noche con su negrura.
Nos olvidamos del tiempo, del mundo y de la vida
tú, cuando te besaba el cuerpo y el alma con dulzura
yo, cuando me decías “hazme tuya que me quema ésta tortura”.
Han pasado los abríles, se le han caído las hojas al calendario,
el limonero que sembramos ha dado frutos y una vez más florece,
hoy despierto al nuevo día y un sol hermoso me recibe diario
es el brillo de tus ojos, es la luz de tu sonrisa que a mis días embellece.
Y como aquella vez primera......... tu mirada es un poemario.