Me enamore de tu rostro y de lo sutil de tu mirada,
Me enamore de ti sin saber si eras dama o alborada,
O si eras crepúsculo de invierno,
O caricia de ocaso sobre las olas arrimadas,
Me enamore de tu sonrisa y del tono de tus palabras,
Y perdí la noción del tiempo,
Cuando me hablabas
Y yo no te escuchaba.
Me enamore de tus silencios
Y de cada forma que tus manos dibujaban,
De la caricia del cielo,
Sobre la serranía de mi estepa, vasta y desolada.
Me enamore de ti a pesar de no saber, si tú también me amabas,
Y en mis ansias de amarte sobre la cama,
El sutil tacto de tus manos,
Corría como brisa infame, de rosal sobre cenizas, anidada.
Me enamore de ti y de cada parte de tu piel,
Y no le temo al perder si mis palabras se quedan alejadas,
Me enamore de ti, cuando tu Amor relucía en medio de las Almas,
Y quizás cuando el frío invierno abrigaba,
Al abrazo de tus besos y la caricia de tu piel... tan amada.