Pasarán los días despacio, al principio,
como losas pesarán en tu memoria.
Poco a poco irán soltando lastre
hasta que no sea nadie en tu recuerdo.
Mi imagen quedará en el olvido
y yo seguiré llorando tu ausencia
hasta el final de mis penosos días.
Maldiré eternamente mi mala suerte
y sufriré en el alma mi justa pena
por culpa de no ser un día
un corazón valiente.