Las cargaste por cuadras y cuadras
y despacito
sin que el aire nocturno lo advirtiera.
Mario Benedetti
Siempre se mira la tormenta con estridentes,
la sangre ruidosa con la llaga,
y se mira la esperanza con el alma..
pero tú, has dejado sombras perfectas
sin duelo y sin alarmas.
Ecos clonados de tu voz callada,
un celo circular, y molesto
y una lágrima caprichosa, y confundida,
hecha con cristales de lana blanca,
robándole kilómetros de ensueño a mi gaviota calma.
Le has sacado de la resolana de mi cielo,
y le has pintado rojos matices por dentro,
para que ni la sábana, ni nadie, ni ella advierta que está herida
y que esta herida duele sin manar sal marina.
Con un único aliento has alimentado mi boca desventurada,
y mi corazón has paseado por blancas llanuras,
sin rosa, sin leche, sin azúcar.
Sólo llanto de fantasma desnudo,
solo yo, desnudo como el llanto que nos circunda
y nos crece, nos toma
y nos deja sin llanto.