Se fué como una blanca mariposa
aquella grata y linda carta de amor,
que escribí en esa tarde silenciosa
llena de penas, angustias y dolor...
Me ilusioné y al sentir mucho temor
la coloqué en las manos de la hermosa,
como un pedazo de mi alma misteriosa
que se iba como el aroma de una flor...
Cuando leas esta carta, por tus ojos,
correran muchas lágrimas y sin enojos,
pensarás en lo grandioso que es vivir.
Pero déjame que me pose allí de hinojos
que al verme tan cerca de tus antojos,
lo mejor para los , será morir...
RAMBAL.