Axel Dueñas

De ante-beso y ante todo

De ante-beso y ante todo,

de antemano ya te amaba.

Necesité solo un poco

de tu existencia divina:

¡Ah, tu divina mirada!

Lo recuerdo, fue hace mucho,

yo era un niño vida mía,

no era listo, atento, ducho,

alegre, tenaz ni fuerte,

-sigo sin serlo, ya sé,

pero entonces no sabía-

por el contrario tu ser

me enseñó que nada temes.

Tú, la de los ojos como

espejos claros, diamantes

do brotaba el universo

mío, tú, la de los gestos

que refieren los amantes

en sus líricos relatos,

la indiscutible monarca

del misterio...

Y mi amor no pudo tanto

y no pudo con tus besos

y no pudo con tu canto

¡Dios mío tus besos!

                                  Te amo.

Hoy mi espíritu ya roto

prueba el vino del recuerdo

tuyo. Qué dulce y amargo

sabe tu recuerdo solo,

qué dulce y amargo beso,

qué dulce y amargo todo...

Sin embargo, ya lo he dicho:

de ante-beso y ante todo,

de antemano ya te amaba,

y te amo... y necesito

ver de nuevo tu mirada.