Te dejo un beso,
uno que solo el silencio te puede dar,
un beso tierno
como esta mañana
que arrulla la distancia que nos separa.
Dejo palabras en tu almohada,
para que te hablen al oído
mientras no estoy,
que se escondan en tu pelo
y te hagan sonreír frente al espejo
mientras maquillas tu rostro antes de ir al trabajo.
Te dejo miradas,
una en especial,
aquella que te gusta más
que el resto de mis miradas,
aquella que te enamoró
cuando menos lo esperabas.
Andá sin miedo,
aliviaré tus penas y
las volveré dulces,
motivos de felicidad.
Destruiré todo lo que te haga
daño
y te daré amor,
un amor nuevo,
diferente,
un amor que cabe en las
palmas de tus manos,
un amor frágil y fuerte a la vez,
un amor fugaz y profundo como un relámpago.
Salí al trabajo mi amor,
que mis besos viajarán
hasta encontrar tus labios.