alupego (Ángel L. Pérez)

DONDE ANIDA LA BELLEZA

DONDE ANIDA LA BELLEZA

En la siniestra rendija,
de la mentira piadosa,
se visten ladinamente,
las verdades sinuosas.
La flor sin Sol se deshoja
y se marchita la rosa.
Pero la vida revienta,
aunque duerma la raposa.

De bronce se tornó el Sol,
sobre la extensa pradera.
En sus entrañas la fiera,
se retuerce de dolor.
En el vientre de la Tierra,
exuberantes se gestan,
futuros seres sin Sol.
Y se extiende la belleza,
aunque estalle su interior.

Magníficamente hermosa,
la Madre Naturaleza,
forja en su seno la historia,
de efímera consistencia.
Escribiendo las leyendas,
para esquivar el rencor.
Así, ante el desamor,
sobrevive la existencia.

Ribetes de finas telas,
adornan las felonías.
Aunque por dentro vacías,
de pestilencias se llenan.
Intransigentes transitan,
entre las mentes rendidas,
pudriendo la esencia misma.
Brocados de rica seda,
de pretendidos placeres,
van vistiendo la ignorancia.
De necios se nutre el alma,
cuando se siente perdida.

Fisuras en el respeto,
que con el odio se agrandan.
Llenas las nutridas panzas,
mientras a otros con un gesto,
se les roba la pitanza.
Se marchitan las lealtades,
en fútiles encrucijadas.
Y verdades solapadas,
con mentiras contrahechas,
van pudriendo lo que atrapan.

En la larga duermevela,
cambia la naturaleza,
de quienes sueñan y aman.
Mientras el cuerpo se agita,
se transforma y se equilibra.
Vehementes entre las sábanas,
las pesadillas aguardan,
para asaltar su morada.
Los huesos crujen y hablan,
mientras la sangre calienta,
las ateridas gargantas.

La belleza se derrama,
sobre la vida sin freno.
El duro invierno no para,
ni su esplendor ni su aura.
Va mitigando las penas,
cosiendo las destemplanzas.
Va adornando de oro y plata,
la abrupta vida que pasa.
En los ojos se refleja,
como una estrella que habla.

Dolores se van marchando,
penas vienen caminando.
Alegrías se detienen,
en la posada del llanto.
Anidando la belleza,
en los pestilentes charcos.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
16/04/2019