La mentira es la dueña
Del valle de la soledad
Y de la falsedad.
En su reino hay una continua disputa
Entre la verdad y la mentira
Que no pueden convivir
Que desesperadas no paran de sufrir.
Sus terribles guardaespaldas
Son la tristeza y la discordia
Quienes destruyen sin misericordia
A los sueños y a las fantasías.
La reina del reino de la soledad
Vive encerrada en su monotonía.
Es enemiga mortal de la alegría.
Y de la realidad y de la verdad.
Ella tiene un triste discurso
Que se convierte en un monólogo
De funesta melancolía
Entre la calumnia y de la falsía.
En la vastedad de la memoria
La falacia y la hipocresía.
Se mueven mudas y lentas
Y mueren en batallas cruentas.
Los comparsas de la mentira
Son la patraña y el embuste
Que caminan lentamente
Arrastrando la amargura.
Van tomados de la mano
Hasta llegar el final del despeñadero
Donde sin protección alguna
Se arrojan al abismo una a una.
En el fondo del abismo
Quedarán los súbditos
De la reina
De la argucia y la artimaña.
Autor: Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú