VERTIENTES
Palabras que atraen como imanes,
al deshabitado peñasco
donde inmutable espera
encendida la duda.
Se extinguen las voces,
se esfuman lentamente,
en los labios con premura.
Ya nada podrá evitar,
que los frutos anhelados
caigan antes de la madurez.
Ceguera y razón,
dos enemigos en el combate,
donde emergen como brotes
los dones del amor.
Vida y repetición.
Nevisca y paisaje,
dos corolarios de un paisaje
que empezó en los ojos del ser
siendo agua clara ,
y termino como terminan los restos,
aferrados a la arenas
olvidados y oxidados,
escondiendo las raíces
deshilachadas y latentes,
esperando la marea
y un fulgor místico
en las nacientes del día.