Tiran,
martillan,
socavan,
empotran,
en arco,
en lienzo,
ese par de almas tienen sexo.
Se tocan,
levitan,
inquieren,
se mueven
en cóncavo,
en convexo,
como pervertidos todo el ocaso funden sus cuerpos.
Gimen,
sollozan,
cantan,
exclaman,
susurran...
el climax que surge del ir y venir,
del entrar y salir,
de la flor que la afirma dueña y matrona,
jefa y capitana de su envergadura.
Sueñan,
planean,
murmuran
con la pupila frente a frente,
las lenguas enredadas, las piernas entrelazadas.
¡Anclados en cuerpo y en alma, por la eternidad!
Lore Cruz
Madrigal de Luna
©copyright
Colombia