Horas...
Mis horas de madrugada.
Mis horas de ensoñación.
Mis horas aletargadas,
van colmadas de ilusión.
Son horas de gran silencio,
en que me dejan pensar,
en mi hoy, en mis recuerdos,
y en aquellos que no están !
Horas de inmensa quietud
en lo oscuro de las noches.
La bohemia en su amplitud
resurge cual mejor broche…
Donde divaga la mente
por recónditos lugares,
del ayer, de este presente,
y de un futuro inestable.
Horas... mil horas pasadas,
junto a esta soledad,
callado, sin decir nada,
y el reloj sigue su andar.
Son tantas horas perdidas.
Algún poema al pasar,
de lo que ha sido mi vida…
La que jamás volverá !
Luis A. Prieto
sábado, 16 de junio de 2012
03:08 hs.-