Éramos los dos,
ocupando el menor
espacio posible,
compartiéndonos
el inabarcable oxígeno,
buscando espacios tibios,
convocando fuerzas,
desmenuzando
cada mintuto
en partículas eternas,
construyendo
recuerdos imborrables
a los que darles nombre.
Eduardo A Bello Martínez
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