El amor verdadero,
yo lo conocí,
cuando en un madero,
Jesucristo murió por mí…
Sí, me amaste tanto,
que tú, Padre Santo,
diste a tu Hijo Amado,
para cubrir mi pecado.
Es la luz que resplandece,
en mi condición imperfecta;
la muerte de Jesús me ofrece,
la perspectiva de vida eterna.
Jesucristo bajó para salvarme,
lo sé muy bien;
y también para enseñarme,
lo que es realmente es la fe.
Perdóname, por favor,
por olvidarte, mi Señor;
cuando hablas, no te hago caso,
y te ofendo en lo que hago.
Cuando alguien te mira,
solo es en una negra situación;
eso resulta en una herida,
para tu corazón…
Cuando viene el peligro,
existen Dios y Jesucristo;
en la angustia y la adversidad,
nos acordamos que podemos orar…
Todo esto, no debería pasar,
todo esto, debería cambiar….
Quien amó a la humanidad,
nos ofrece libertad
nuestro Dios Jehová,
quiere te tengamos su amistad.