Digo existir
así un soplido exagerado
vientre dentado acorazado encarcelado
por abruptos infartos de aroma
de coral extinto y soplido soplido
pero con esa sangre cuajada en molinos crujiendo
el girar insomne verdugo de un silencio
quebranto de horizontes por marítimas infancias
pared desnuda y ausente
para entender lo entendido y hacer un doblez en el no saber
el desdicho ya bien dicho abandono como un nono presagio
no
uno espera
dos asientan
tres mienten con el humo
cuatro se levantan y explotan en su sitio
cinco no bastan y relinchan el dolor de pecho
pero callados todos
haciendo el alma a mano
alfareros incensarios
espíritus evanescencias diluidos
en soplidos de soplo que imploro
en la repetición y en la adicción
en la contradicción en la regresión en la sucesión
que se regurgita vez tras vez y se sopla
regresa al viento al soplo al pulmón
inhala
exhala
controla
descansa
vela
y soplo hasta polvo