«El Imperio Norteamericano tiene la obligación moral-militar de impedir que sus próceres impresos [con los cuales pagan nuestro confiscado petróleo] fluyan en manos de los grupos terroristas que mantienen rehenes a los pueblos de Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba. Deben frenar que ellos continúen apertrechándose para materializar su proyecto de exterminio masivo en Latinoamérica»
(Alberto JIMÉNEZ URE)