Todo era tan simple y de repente
comprendí el siniestro camino recorrido,
ver la cruz que me llevó al cadalso
en un triste calvario.....definido.
Era de mi propiedad esta condena...
ese ensueño fugaz mal adquirido,
en el sutíl vaivén de los placeres
al nacer el deseo embravecido
Al recodo de mi larga espera,
en el tránsito de piedras y granizo,
corona de espina me fue dada
y sangre brotó de mi gemido.
Subí la cuesta del calvario...inerte,
como el que se sostiene en el vacío,
sin Verónica que secara el llanto
ni el cirineo que quitara el frío.
Cautivo aquí...con mi sangre mancillada
al Gólgota me conduce el enemigo.
Quién podrá con su sangre redentora
comprar este calvario...envilecido.?
Leonardo Henrricy Santiago
(Leo Henry)