Voy sembrando besos sin boca,
miradas huérfanas sin ojos,
caricias sin manos ni dedos,
con sólo un verso en flor.
Y le hablo al amor y a la vida,
al tiempo, olas, lluvia y viento,
desnudando las penas
que encierra el corazón.
Voy cosechando recuerdos
por donde pasó el olvido
encendiendo húmedas cenizas,
para que vuelva la luz y el calor.