Entre hojas camino despacio
escuchando el rumor de mis pisadas,
absorto contando el eco que produce
al crujir, la dichosa hojarasca.
Entre caminos de castillos y palacios
de trenzas que cuelgan de torres doradas,
de príncipes con trajes de luces
en cosos cuadrados toreando al alba.
Se vislumbra el mozo que anda lacio,
llevando obediente las vidas cesadas
de seres dolientes, candiles reluces,
temprano por la mañana..., por la mañana.
Ya llevan al señor al yacio
putrefacto y con las carnes moradas,
se atrevió a vestirse como andaluces
en una mañana..., por la mañana.
Ya le dijeron, ¡mire usted mi señor que es reacio
a torear por la tarde como acostumbra la jornada!,
ataviado con ese traje, el de luces,
¡ya le dijeron que era hora temprana!.
Y como el caracol, la vida se le fue despacio,
pues aquel bravío animal, tildó con cornada,
poniendo sus rodillas en coso y de cruces
muriendo, sí..., murió..., aquella mañana.
Ya le tapan con tierra de palacio
al final de la triste jornada,
pues aquello que en la torre reluce
es esa, la que perdiste..., tu mirada.
Pena me da, me produce cansancio,
en contar la cuita que me emana
del pecho que, dolorido por cruces,
se me hace la vida un poco mas cansada.
Y si entre hojas camino despacio,
será para escuchar el rumor de mis pisadas
y abstraerme escuchando el eco que produce,
el crujir.., de la dichosa hojarasca.
Alfonso J. Paredes
Todos los derechos reservados
S.C.\\Copyright