Vaya, ahora hay quien dice:
¡ A mi la inspiración me ha abandonado !
ha cambiado el tenedor por la cuchara
ha cojído la paleta y la pluma ha dejado
y se ha sentado a mirar paisajes
la verdad es que lo encuentro algo raro
cabizbajo y taciturno y algo desanimado
será la melancólica enfermedad
esa espina que en el corazón ha sangrado
ya anda el pobre caminando
por los caminos del alma
cansado de fatigas y lágrimas
entre las garras de los sueños atrapados
busca como un loco la esperanza
y saca de su baúl todo el amor que tiene guardado
una fuente que hay en el desierto
que brota a borbotones, con el calor de su aliento
el sufrimiento es una alta torre
donde soplan huracanes y vientos
pero sigue habiendo jardines de flores
y paraísos de colores en el pensamiento
y una fragüa que siempre arde
quemando el dolor y el tormento
mira, hay sonrisas en el aire
y un postigo siempre abierto
el calor y el beso de una madre
pon tu cabeza sobre mi pecho
y descansa, de andar entre rastrójos y barbechos
mira, los hermosos trigáles
la azucenas que se mecen con el viento
y arroyos que alegres corren
por el cauce de los tiempos
y enseñame esa esperanza tuya
que te conserva vivo y despierto
y escucha como arrúya
la tórtola en el huerto
y esa casita blanca de cal
que siempre has llevado dentro
sentados juntos en el húmbral
a la sombra de la vieja parra
en las tardes de verano
viendo como el sol se va a dormir
¡ mira ! ¡ vamos dentro !
que ya hace frío aquí fuera
hay amor y calor cerca de la chimenea
y una lágrima a punto de salir...