Rodrigo A. Alvarenga

No te quités la camisa

¿Has visto tu reflejo?

Porque creo que te engañas al ver los espejos.

Incluso yo,

que me las llevo de ateo,

alabo al creador que talló tu cuerpo…

porque sos obra maestra;

figura con la que todo vidente se deleita,

luz con la que todo ciego sueña…

¿Qué es lo que esperas?

 

Déjame amarte,

déjame salir a buscarte,

permíteme el placer de desnudarte,

besarte… y entre sabanas, convertirnos en arte.

 

Pero si querés engañarte,

no me tentés;

no te pongás esa camisa blanca…

Porque esa prenda…

es un atentado directo contra mi cabeza.